Index . a nutrir paisaje protegido mirando por: Cap I Ecología de ecosistemas e hidrología urbana . 20 preguntas confesiones . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . Dinámica horizontal en humedales: esteros, bañados, meandros, cordones litorales . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . Cap II Patrimonios en ámbitos rurales, confesiones . 17 . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 . 23 . 24 . 25 . 26 . 27 . 28 . 29 . 30 . 38 . 39 . El paisaje construído en Al Maitén . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . Cap III Paisajes culturales . 31 . 32 . 33 . 34 . 35 . 36 . 37 . Cap IV El timón 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . Cap V Leyes particulares . introito . 0 . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 . 23 . 24 . 25 . 26 . 27 . 28 . 29 . 30 . 31 . 32 . 33 . 34 . 35 . 36 . 37 . 38 . 39 . 40 . Cap VI Paisajes interiores Inmanencias . 1 . 2 . . La viga de cruce . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Joaquín Lera . . jubileo . . creación . . intangibles . . Carlos Lohlé . . Guillermo Roux . . César Pelli .
Dinámica horizontal en humedales: esteros, bañados, meandros, cordones litorales . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 .
Ver este pdf reuniendo todo lo expresado en 13 html Füsis y ecología de ecosistemas Los 18 años fecundando observaciones, denuncias administrativas y demandas judiciales, hace un año reconocieron invitación a colaborar en tarea legislativa sobre estos mismos temas de hidrología urbana en planicies extremas de provincia de Buenos Aires. Tarea grata, que reconociendo muy extendidos antecedentes en soportes de criterio para nutrir expresión legislativa, al mismo tiempo era invitación a sintetizar y a precisar términos, que si bien ya presentes en presupuestos mínimos, seguían sus glosas sin reconocer alcances semiológicos críticos y mejor definidos. Por sus especificidades vamos paso a paso enriqueciendo tramas de criterio. Este es el anticipo que la inteligencia artificial plantea a la razón cartesiana: la necesidad de enlazar Q bits; de enlazar esos binarios más allá de la dirección que marcan sus identidades y oposiciones; buscando complementariedades aunque se multipliquen complejidades. Por la vía de las simplificaciones, sin dudar en resaltar diferencias en aprecios y visibilidades, la razón analógica hace siglos se las arregla para maquillar, encasillar, determinando sus valores y trascendencias, apreciando soslayar complejidades, tramas e impensables fecundidades. El uno y el cero, traduciendo sus pistas como bits cibernéticos, nos permiten administrar y definir rumbos basados en sus radicales diferencias. Pero ya en los nuevos horizontes aparecen esos mismos binarios buscando descubrir sus compromisos como bits cuánticos, invitándonos a hacer foco en la integración de sus diferencias para así ver crecer, operando entramados, la fecundidad de sus trascendencias . No hay límites de inteligencia ni de espiritualidad que sean ajenos a la integridad que reclaman estas propuestas. De hecho, el fiel que las define pasa por aquí y bien lejos de miradas especulativas que siempre ocupan el primer lugar en las carteleras comunicacionales. Para avanzar en estos ejercicios y considerando que ya hemos echado raíces en complejidades que exceden las mecánicas y en funcionamientos cuyas descripciones vienen siempre enlazadas, haremos incapié en las voces "ecosistema y ecología" buscando de acordar mayores precisiones de las tramas que las complementan, siendo la misma füsis en natura la que pone la fecundidad de sus enlaces en evidencia. No tenemos a nuestro alcance una computadora cuántica para cargarle esta propuesta, pero sí tenemos a todos nuestros tributarios urbanos del Oeste muertos, dándonos oportunidad de advertir todas las tramas de enlaces ecosistémicos que hemos ignorado durante siglos desde la propia ciencia. La füsis es esa energía que se descubre en todo lo que brota y florece. Tardía es en filología griega su traducción como “Naturaleza”. Para no escapar al primero de nuestros problemas, -nuestras propias certezas-, en estas caracterizaciones imaginaremos a las leyes como las entidades que más apreciamos sostengan el valor del uno. Y a nuestras miserias, a nuestros errores, a nuestras ignorancias, a nuestras fabulaciones –en especial aquellas con soportes extrapolados por la ciencia hidráulica-, y a nuestros créditos semiológicos sin filtros críticos, proponemos en estas brevedades adjudicarles la significación del cero; aún cuando en la inexplorada carga semiótica del cero, luzcan abismos harto más patentes que la eminencia de muchas leyes. Las leyes están, pero los ceros ya son tomados en cuenta y reconocidos como integradores y generadores de fecundidad en interacciones cuánticas. Los miles de millones de personas que en urbes en planicies extremas a lo ancho del planeta penan las parálisis de sus cuencas hídricas, alcanza ya tanto a los unos como a los ceros. Estiman que para el 2016 el 1% de la población mundial será dueña del 50% de la riqueza. El recurso de redefinir el término riqueza para dar entidad al restante 99% es operativo desde la creación del universo a partir de los fenómenos del Amor Sin embargo, mientras esa integración en abismos de valores a contabilizar no descubra su atracción, los unos y los ceros seguirán haciendo camino por separado. Al primer capítulo de logros cognitivos lo imaginamos científico, espiritual, intuitivo, con correlatos en variadas equivalencias en etcéteras. Pero en el remoto pasado y aún hoy, ese primer impacto se sigue revelando vivencial, íntimo, fenomenal, con ingreso primario sensorial ánterior a la razón-, en el propio cuerpo, con correlatos anímicos y con particular inspiración traducida en labor, invitando a identificar y agradecer el capital de Gracias que atesoraron siempre los ceros; en especial, los más sufridos. Sin vivenciar estos contrastes ¿de dónde vendría la energía para redefinir una y otra vez el valor de las leyes en su relación con las energías en Natura que hoy tantos aprecian en mentar con la voz ecología. Que tanto la promocionan en acoples a las voces “política”, “ambiental”, “social”, “profunda”, cada uno haciendo su marketing sin advertir el meollo que caracteriza a una ecología resaltando y definiendo los enlaces de materia y energía; dando pautas de la complejidad y estabilidad de esos enlaces en la fusión o apareamiento de ecosistemas vecinos. Ese es el regalo que nos hace el glosario de la ley 11723 cuando define la voz ecosistema como: Sistema relativamente estable en el tiempo y termodinámicamente abierto en cuanto a la entrada y salida de sustancias y energía. Este sistema tiene una entrada (energía solar, elementos minerales de las rocas, atmósfera y aguas subterráneas) y una salida de energía y sustancias biogénicas hacia la atmósfera (calor, oxígeno, ácido carbónico y otros gases), la litósfera (compuesta por humos, minerales, rocas sedimentarias) y la hidrósfera (sustancias disueltas en las aguas superficiales, ríos y otros cuerpos de aguas). La estabilidad de estos sistemas termodinámicamente abiertos reconoce una definición de entropía -no precisamente académica, ni reciente-, como cantidad que se mantiene constante en un cuerpo tras sus diferentes transformaciones; expresión que apunta al movimiento perpetuo en brazos de Natura reinando por doquier e imposible desde modelo aislado considerar viable. (Acerco la raíz indoeuropea *trep- volver, girar; en sánscrito, trápate cambiar de sitio). Este concepto de entropía ya regalado en los albores de la filología griega descubre que la patencia fenomenal de la füsis gozaba de admiración y aprecio mucho antes que el desarrollo de cajas adiabáticas cerradas La transición en un fluido calentado de la conducción a la convección, al igual que de la convección interna a la externa son llamativo ejemplo de la emergencia de una organización coherente en respuesta a una entrada de energía externa. ¿entrada, salida, mutua invitación? ¿Acaso hay en Natura alguna transferencia de calor “no coherente”? ¿No sería mejor hablar de más y menos compleja, más regalada, más estable, más perpetua? Ya hace un siglo fue entrevisto el gradiente de energía solar impulsando los procesos de sistemas vivos que crecen, adquieren complejidad y evolucionan. Nuestros conocimientos y herramientas siguen como pueden el camino Sin embargo, resta en nosotros el mayor desafío por avanzar en integridad de comportamientos que nos haga sensibles para cultivar aquella primigenia concepción de la entropía que adelanta infinitos intercambios entre materia y energía merced al estímulo primero de la energía del Sol calentando a la Tierra fría en un menú enorme de transiciones. Respecto de las complejidades, compromisos y precisiones que deberían empezar a reconocer estas voces en sus aún jovenes semiologías, Marc Sagoff señala: La ecología de los ecosistemas debe superar cuatro obstáculos conceptuales antes de que pueda considerarse parte exitosa de la ciencia ecológica: debe proporcionar una definición del concepto de "ecosistema" que permita delimitar de forma inequívoca los ecosistemas, clasificar los diferentes tipos de ecosistemas, y seguir los cambios en el estado de un ecosistema; debe identificar los criterios para la determinación de teorías y modelos de ecosistemas, y aplicar estos criterios en la investigación de los ecosistemas; debe proporcionar una explicación plausible de las causas de la estructura del ecosistema y la organización ; debe ser eficaz para ayudar a resolver los urgentes problemas ambientales. La ecología de ecosistemas falla en los cuatro cargos. Por ello expreso: no hay acceso directo a ecología de los ecosistemas, sino a través de fenomenología. Ningún conocimiento de sistemas aislados facilita estos accesos a advertir y seguir los cambios y estabilidades fecundados en los enlaces entre ecosistemas. Enlaces que dan sentido a la voz "ecología". En fenomenología, la expresión “fenómeno eurístico” es claro pleonasmo apuntando a los sentidos como primeras herramientas en su percepción; a las que seguirán la intuición y el trabajo deductivo buscando imágenes y palabras para constituir transmisión. Acerco ejemplo de descripción de enlaces, de ecología de ecosistemas en breves conclusiones en fenomenología termodinámica tributaria estuarial expresados en un par de trabajos presentados y aprobados en el Congreso Internacional de Ingeniería celebrado por el CAI en el 2010, que por cierto, no esquivan ni ahorran complejidad a semiologías sobre voces cuyas acepciones la mecánica de fluidos conserva congeladas. En el primero de ellos resumía lo siguiente: La deriva litoral es la suma de las advecciones mareales operadas sobre los angostos corredores ribereños de aguas caldas y someras de las salidas tributarias; que guardan memoria y de aquí su hipersincronicidad mareal. Cumple función de rescate de los tributarios que se le ofrecen en su camino, al tiempo de solicitar su ayuda; intercambiando y fecundando ambos, sus materias y energías, las 24 horas del día. Esa memoria está fundada en la calidad de los llamados flujos convectivos naturales internos positivos; también llamados por los mecanicistas: “turbulentos verticales”. Lo de internos viene a cuento de su conservación en el sistema de salida que se suele prolongar por decenas de kilómetros. Y lo de positivo, a cuento de esta perseverancia; que sólo acepta mudanza cuando es tentado por un corredor de flujos de similar temperatura y mayor inercia advectiva, que no es obligado marche en sentido encontrado. A esa mudanza la endilgan negativa, pues ese corredor, a poco, merced a intercambios transversales y verticales va ocultando su identidad. Que no es pérdida, sino fecundidad. Ya en el cuerpo receptor, en la márgen externa del estrecho corredor de caldos flujos de salida, la capa límite térmica que inevitablemente descubre sus contrastes con los flujos inmediatos, provoca la sedimentación de ese delicado borde cuspidado que llamamos cordón litoral; viniendo éste en adición, a proteger la memoria y características de salida. Comparables conclusiones volvían en el segundo trabajo: Observando las dificultades que carga el plan de saneamiento MR aprecio diferenciar: a) la cuestión ambiental que se desprende de los vertidos (arts 2º, inc e y 6º, opar 2º, ley 25675), de b1) de los equilibrios o estabilidades de las dinámicas de los sistemas ecológicos relacionados con el cuerpo receptor tributario y b2) los equilibrios o estabilidades de las dinámicas de los sistemas ecológicos relacionados con el cuerpo receptor estuarial ribereño que se hace cargo del anterior. Ambos enlaces trascurren en aguas someras y en planicies extremas. En estas condiciones sólo fluyen aquellos cursos tributarios que hayan conservado sus esteros y bañados, sus costas blandas, sus bordes lábiles y sus meandros. Recursos tan ordinarios como irremplazables para alimentar la transferencia de energías convectivas naturales internas positivas a las sangrías mayores y menores; únicas responsables de la dinámica de estos cuerpos de aguas que a su salida aprovechan el soporte de los flujos de la deriva litoral, para sumarse a ella; al tiempo que extienden su entropía. Provechos compartidos que apuntan a detalles que nunca han sido señalados a pesar de su importancia irremplazable fundante de radical efectividad. Primera observación entonces: en planicies extremas la dinámica tributaria sólo se asiste en condiciones normales, merced a flujos convectivos naturales internos positivos, cuyas energías se enriquecen en los meandros, en las aguas someras de los esteros y bañados, en las costas “blandas” y bordes lábiles y en las propias cargas sedimentarias que siguen participando su don energético y su identidad, miles de kilómetros más allá de los límites que se atribuyen a sus deposiciones. La mecánica de fluidos ha soslayado siempre estas precisiones pues, ni sus laboratorios tienen aptitud para su modelización, ni las deducciones que asisten fenomenología termodinámica resultan por el momento modelizables, ni sus catecismos y catecúmenos se regalan permisión para abrir los ojos a imágenes satelitales. Segunda observación: los flujos convectivos naturales internos positivos de la deriva litoral y su hipersincronicidad mareal son fundamentales en la concreción de las salidas tributarias, al brindar a sus aguas el gradiente térmico apropiado para capturar su atención y determinar las 24 horas del día su asistencia y también su advección. Tercera observación: la mayor temperatura de las caldas aguas tributarias retroalimenta la entropía de la deriva litoral, que debe recuperar gradiente para sostener advección. Cuarta observación: la carga sedimentaria transportada por las caldas aguas tributarias descarga sobre la margen externa en virtud de la capa límite térmica que encuentra en la interfaz de salida hacia el NO, dando como resultado la formación del cordón litoral de borde cuspidado que durante siglos los “mecanicistas” atribuyeron a la ola oblicua. Quinta observación: la salud de la deriva litoral depende de la delicadeza de respetos a los perfiles naturales ribereños; tanto de borde, como de perfiles sumergidos. Sexta observación: este es el motivo por el que hablamos de presión de bordes urbanos en el ecosistema; que incluyen costas duras en galas de arquitectura, muelles portuarios y de pescadores y canales que la atraviesan sin consideraciones a su gestión. Séptima observación: ninguna atención se presta a las salidas de vertederos urbanos: ni de respeto a la dirección de salida para facilitar su acople a la deriva litoral, ni a la necesidad de mirar los problemas de capa límite hidroquímica y térmica, toda vez que las aguas provengan de conductos subterráneos para asi evitar frenos y sedimentación. Octava observación: esta falta de cosmovisión ecosistémica en la interfaz tributaria y estuarial ribereña, es universal. Por ello cabe aclarar, que el meollo de los problemas en los ecosistemas estuariales y salidas tributarias en planicies extremas bajo presión que acusa nuestra ciudad en materia de aguas tributarias y estuariales, es eminentemente científico; tocando una enorme cantidad de problemas muy sensibles al propio núcleo concepcional tradicional de la ciencia. La necesidad de separar, de escindir, la necesidad de excitantes cajitas felices para modelar, consubstanciales a la misma recordada esencia presente en la voz "ciencia"; consubstancial a las separaciones de cuerpo y alma; consubstancial al antropocentrismo, de certezas fácilmente transmisibles, de marcos concepcionales estructurales -incluyendo la segunda ley de la termodinámica sin dar cuenta de la elementalidad de los gradientes que no menta-, justificando industrias y toda clase de rápidas movilizadoras herramientas y así dando soporte al presente, que se complica cuando intentamos alcanzar una simple y más directa percepción de Natura; descuidando la atención a la füsis, materia y energía en el florecer de sus encuentros. Estas breves evaluaciones de las voces ecosistema y ecología me acercan claves de la pobreza y oportunismo con que las usamos; describiendo la Vida, justificando gastos y entropías, merced a etos, ciencia tradicional, lógica saturada de analogías y herramientas experienciales. Estos son los hechos que me gustaría contrastar con la más vieja voz griega "empeiria", entendida como vivencia, no como “experiencia” o su correlato “empírico”, sino como transporte interior. No precisamente lo que apuntamos como realidad al mentar ex-periencia. La voz griega peiro significa transporte; el prefijo ex afuera, y el em adentro. Por ello, entendemos empeiría como vivencia, como transporte interior, mucho antes de conformar experiencia y regalar correlatos empíricos. Este transporte interior, que necesita décadas antes de alcanzar vías de comunicación exterior, es en su mismo largo tránsito, nutriente a fenomenología. Tan íntimo como los caminos de encuentro que la termodinámica de sistemas naturales de alguna forma enlazados y abiertos, está buscando reconocer para inspirar comprensión del florecer, de la fecundidad, de la trascendencia tanto como de la inmanencia; materias de consubstancialidad vital -así como la personalidad y la identidad-, de compromisos muy tramados, aunque la mitad de ellos estén siempre velados. A esas tramas apunta la más vieja voz griega füsis. No a mera Naturaleza, sino a todos aquellos frutos connotativos de la Vida en ese florecer que apreciamos descubrir en ella. Por ello, cuán sutiles deben ser nuestros dogmas y herramientas de trabajo para ayudarnos a descender a estos abismos; aceptando permanecer un largo tiempo con confianza en ellos. Obra de espíritu es todo el camino: de abajo arriba, de arriba abajo. El florecer ama encriptarse, para sólo frente al Amor fecundarse. Alflora (1956-2004). No hay ley en esto; sólo Amor. En esfuerzos cartesianos recursivos, no haciendo alusión precisamente a fenomenologías, Sagoff intenta contrastar estrategias metodológicas como mutuamente exclusivas: inductiva vs deductiva; observacional vs teórica; pequeña escala vs gran escala; específico vs general. Siento que el abismo que apreciamos abrazar solicita caminos más sensibles que lo que estos contrastes alcanzan a expresar; donde la lógica y los sistemas parecen permanecer, como siempre, en el mismo lugar. Si el razonamiento analógico fuera el primer lugar a mirar, necesitaríamos una muy amplia transformación de nuestros procedimientos pensantes. ¿Acaso la füsis sigue estas extremadamente pobres formas de pensar? ¿Siente el espíritu necesidad de seguir estos caminos de pensamiento? O quizás está esperando vernos descender y aprender en abismos a vivir; y allí y entonces abrir nuestra alma a marcos fenomenales cuyos límites solares están indudablemente lejos de ser aprendidos en la soberbia mezcla de sistemas cerrados, soportes matemáticos sin sincero trabajo de campo y etos asistiendo la economía del bienestar. De todas formas, el espíritu tiene recursos sobrados para enviar sueños inductivos y así abrir pensamientos deductivos. Eurística fenomenal que nada tiene que ver con heurística crítica. Mientras tanto, en comportamientos y en sus progresos, una enormidad de transformaciones nos falta advertir, comenzar a valorar y seguir. Volviendo a la mecánica de fluidos Los laboratorios de mecánica de fluidos, repito, no logran abrir con sus herramientas mirada a más rica cosmovisión de las energías presentes en planicies extremas. Y sin mayor complejidad vislumbrándose en ellas, los técnicos laboratoristas y modeladores matemáticos permanecen atrapados en leyes y soportes gravitacionales que, ni aceptan, ni intuyen revisión. Nunca han estudiado los flujos en estas paupérrimas áreas ribereñas donde transcurre la deriva litoral; nunca han resuelto los problemas de sedimentaciones alrededor de las bocas tributarias que perdieron el cordón de salida; nunca han mirado, ni mencionado, la extraordinaria sedimentación interior en el Riachuelo -8 cm por año-, fruto del ingreso directo de las frías aguas mareales que hasta Abril de 1786 se mantenía resuelta naturalmente. Nunca en 224 años hicieron diagnóstico alrededor del problema; ni en forma errada, ni acertada. Nada acusa el imaginario mecanicista de estas situaciones naturales gravadas con todo tipo de calamidades terminales. Los unos y los ceros; las carretas y los bueyes En la dinámica de los sistemas ecológicos que involucran recursos hídricos en planicies extremas –incluídos los subsuperficiales-, no hay que resolver la integración de unos y ceros, pues sus calamidades terminales los involucran a todos. Ahora que cultivamos y editamos más apropiada conciencia traumática en la cuenca del Luján con hidrometrías, hidrologías, hidrogeomorfologías más específicas, aprecios ecológicos originales en la descripción de enlaces y espectaculares imágenes satelitales que superan los 0,50 cm de resolución por pixel, los unos se sentirán amenazados, confiscados, involucrados en irrefutables e imprescriptibles dominialidades públicas que vienen afirmadas en hidrometrías, hidrologías, hidrogeomorfologías y compromisos ecológicos por los arts 2340, inc 4º del CC, 240 y 241 del nuevo CC, art 18 de la ley prov. 12257 y art 59 de la ley prov. 8912; en tanto los ceros seguirán desamparados clamando ayuda al cielo Advirtiéndoles a los primeros, que el cero al que intentan descalificar por ninguneo extremo, no refiere de los indigentes que hacen oir sus voces y claman por los atropellos de los dirigentes subidos a la carreta marketinera; por el contrario, ese cero habla del buey que la mueve. Por ser tan humanos sus reclamos, tan graves e inocultables sus problemas, unos y ceros siempre ponen los temas ambientales adelante de los bueyes que mueven la carreta. Olvidan el orden de los arts 2º, ince y 6º, par 2º de la ley 25675 que con tanta sencillez y claridad les aclaran esta confusión demoledora. Veremos de renovar las imágenes vitales de estos bueyes cuando conocían la Vida, para así probarles a los que se precian titulares de esos dominios, que éstos siempre fueron primordiales e irremplazables oficiantes de füsis en Natura; fuentes proveedoras de las energías de esos bueyes. Por ello, sin mirar por la Vida de esos bueyes y ponerlos bien delante de las múltiples carretas, todas las causas ambientales estarán otros 100 años perdidas. Entretenerse en discernir y debatir sustentabilidades con este nivel de desprecios por la ecología de los ecosistemas ligada a la Vida de estos bueyes, es otra forma de desviar el foco que bien resaltan nuestros introductorios presupuestos mínimos sobre la primacía clarificadora de las ecologías. Enfocar y abrir estas miradas a unos y a otros, tal vez sirva a quienes administran las leyes, para que sientan que sus aplicaciones perjudican solo a los ciegos que ocultan sus miserias con placeres. Placeres que no sobreviven a la muerte del buey, pues todos van a la ruina tras él. Esta situación ya está planteada desde hace 229 años en el Matanzas Riachuelo. Desde más de 60 años en la cuenca del Reconquista. Y ya es imposible de ocultar en la cuenca del Luján. Probar que la ciencia hidráulica modela flujos ordinarios mínimos en planicies extremas de 4 mm/Km con soportes matemáticos extrapolando energías gravitacionales e ignorando las energías solares, es tan sencillo como advertir la falta de modelización física de las energías que se manifiestan veladas o presentes en estas planicies extremas, que se siguen infiriendo de cómodas aplicaciones en cajas negras. Nunca en 383 años la ciencia hidráulica reconoció que 2300 veces toda la energía que cada día imagina consumir el hombre en el planeta, es ese 23% de la energía solar que alcanza la tierra; y que ignorado o no, se aplica al movimiento de los fluidos; incluídos los de su propio cuerpo. Energía que la medicina occidental bien ignora cuando estima que al sistema hemodinámico –más allá de regularlo-, lo mueve el corazón. La cantidad de coágulos generados en personas mayores con prolongado sostén nutritivo endovenoso, no está bajo sospecha. Ya es hora que lo esté. Cuando apagamos la caldera de los procesos digestivos, apagamos también el hemodinámico. Aquellos que estudian la Vida de anfibios y reptiles de sangre fría lo tienen bien claro. La medicina china, desde hace 5000 años. Solo necesita Natura del 0,023% de la energía del sol que alcanza la tierra para generar la fotosíntesis que llena nuestros ojos de verdura. Y mil veces esas energías, las que vienen regaladas para el movimiento de los fluidos, son ignoradas por la comodidad de gozar de la física matemática de Newton. Ojo mecánico que no resiste un segundo al ojo solar integrador que los fundamentalismos científicos arrancan de cuajo, con corte de lengua incluído. 60 años atrás Eddington no dudaba en advertir, que a aquellos que estuvieran en contra de la segunda ley les esperaba colapso en la más profunda humillación. Pues me parece tan torpe esta ley que hoy no dudaría un instante en olvidarme de ella. Ulanowicz, bastante más actualizado dice: "la cuestión de si los sistemas vivos aumentan o disminuyen el promedio de producción de entropía es un problema sin resolver y una pregunta altamente intrigante". Mejor si aclarara que: en la diferencia está el abismo que les espera. Resulta inexplicable que exhibiendo el Amazonas las energías que regala, sean éstas inferidas de energías gravitacionales en planicies cuyas pendientes en los últimos 900 Kms no superan los 2 mm/Km. Cada cm2 de suelo en los esteros aledaños a Manaos, acopian y transfieren a sangrías menores y mayores, más de 800 calorías cada día. No hay que ser muy inteligente para advertir que funcionan como cajas adiabáticas naturales abiertas, que por costas blandas y bordes lábiles de contínuo transfieren energías convectivas. Solo hay que ser fiel discípulo de Newton para no interesarse en estimar que esas veladas energías del Amazonas rondan el 50% de toda la energía que consume una nación como EEUU. ¿Será la consultora Serman la que nos despabile con un nuevo Plan Maestro tras licitarlo el MINFRA hace 55 meses?; ¿será para proponer los mismos proyectos de sarcófagos y bisturíes mecánicos cortando meandros sin saber qué función ecológica cumplen en los respaldos dinámicos a los flujos ordinarios mínimos? Aún no explicaron por qué ignoraron el estudio del INA del 2007 y por qué fracasaron sus recomendaciones en Areco y ya se imaginan generando planes maestros. Necedad, parches políticos y mezquinos negocios son las guías de los unos y los ceros cibernéticos que nunca se entraman para descubrir la ruina que generan sus sarcófagos tallados en el marmol de modelaciones matemáticas. Ver http://www.alestuariodelplata.com.ar/areco3.html y /areco4.html
De las transformaciones hidrogeomorfológicas postquerandinenses en cuenca baja del Luján y arroyo Escobar Desde la cota actual aprox a los 7 m haciendo su impermeable presente en arcillas hidromórficas verdosas ya en el arroyo Carabassa y en los fondos de Maquinista Savio, todo el cauce “superior” de estas áreas deltarias con pendientes aproximadas a los 15 cm/km, descubre anchos de 300 m mínimos en eventos de recurrencias menores al año, y superiores a 2 Kms en rec de 100 años. Ver Estudio del Pinazo-Burgueño de Daniel Berger (2005) por http://www.valledesantiago.com.ar/Santiago%20Apendice%2019.pdf y http://www.valledesantiago.com.ar/Santiago_Apendice_20.pdf A partir de la Reserva Natural de Pilar (aguas arriba del terraplén del FFCC Belgrano), ya en cota por debajo de los 5 m IGM, se muestran presentes los sulfatos y cloruros del Querandinense, en planicies interdeltarias que no superan pendientes de 8 mm/Km y anchos del cauce superior en eventos menores de rec 1 año no menores a los 3 Km; superando los 5 Km en recurrencias no mayores a los 5 años y probando la misma escasísima pendiente del perfil transversal; que en todos los casos lucen en bañados con subsuelos de particular impermeabilidad, cuyas magras coberturas sedimentarias, son estimadas por muy honestos estratígrafos deltarios en deposiciones del orden del metro cada 500 años. A partir del puente de la autopista 9 ya nos instalamos en planicie intermareal, cubierta la piel superficial que lucían esas áreas al retirarse las aguas del estuario con un manto de löss fluvial que estimo no supera los 0,80 m promedio y pendientes promedio que no superan los 4 mm/Km. Entre ambas áreas: brazo interdeltario y planicie intermareal, lucen los obligados cordones litorales de los innumerables tributarios del Oeste cuyas crestas alguna vez superaron los 3 m. respecto de los senos laterales. Las tres caracterizaciones hidrogeomorfológicas postquerandinenses de cuenca baja, expresando aquí la gradual abertura de su abanico deltario, interdeltario e intermareal, guardan sin embargo, una sorpresa: la que grabó el proceso de inversión de la salida de la cuenca del Luján, que tan solo 500 años atrás salía hacía el NO por Otamendi y sus últimos suspiros por el arroyo Comevacas antes de tropezar con el Paraná en la vuelta del Hinojo. En tan solo 500 años el antiguo estuario -que por entonces alcanzaba a Campana-, fue descubriendo su retiro y por ello obligando al brazo interdeltario del Lujan en su interfaz con la planicie intermareal, a pegar un giro de 180 º hacie el SE. A esta sorpresa siguió otra no menor: todo el sistema de ramificaciones deltarias, interdeltarias e intermareales quedó congelado al encontrarse con el cauce emergente del antiguo corredor natural de flujos costaneros estuariales. En este punto de encuentro terminó o empezó una nueva historia para cuya descripción no alcanzan los conceptos que acercan las viejas expresiones “subajustados y sobreajustados”, demasiado mecánicas y nada sensibles a estas hidrogeomorfologías históricas, tan originales en sus devenires, como soberanamente naturales. El caso es que los últimos 35 Kms anteriores a la salida estuarial actual quedaron afectados por la salida hacia el NO del arroyo Escobar, marcándole al ex corredor natural de flujos costaneros estuariales que acogía al río Luján en su nueva salida, una dirección ligeramente curvada hacia el ESE; en tanto, en los últimos 25 Km a contar al Sur de esta salida del Ar. Escobar, esa dirección se mostró ligeramente curvada hacia el SE. Energía modeladora de la dirección de un cauce natural de flujos costaneros estuariales tal como la exhibida por el hoy ninguneado arroyo Escobar (Zanjón Villanueva), cuya salida actual no conoce límites de vergüenza y trogloditismo hidráulico. Ver http://www.delriolujan.com.ar/zanjon.html A esta 2ª sorpresa siguió una 3ª peor y es prueba terminal de que las muertes en las interfaces tributarias que se reconocen en estos últimos 25 Kms de la salida del río Luján aún no han sido denunciadas y estimadas por nadie; y hasta la propia SCJPBA favorece con fallos írritos demorados 31 años (ver causa B 50865) el silencio que pesa en estos atropellos a las riberas naturales, que en los últimos 100 años se devoraron 3/4 partes del ancho del curso del Luján. Discuten por dominialidades públicas, si fueran municipales o provinciales, pero en ningún momento advierten que esos robos no conforman dominios, sino crímenes Aquí también, en estos bloqueos tienen oportunidad nuestros modeladores matemáticos de exhibir sus criterios gravitacionales imaginando algún día analizar con ecuaciones St Venant. Situaciones terminales en un cauce del río Luján que a partir del canal Arias viene ocupado en un 95% por aguas que bajan del Paraná de las Palmas. Estas ecologías de transformaciones ecosistémicas provocadas por invasiones humanas en los bañados ribereños de los cursos de agua en planicies extremas, rematadas con la ayuda de la ciencia hidráulica, rectificando, alteando, rellenando y liquidando todos los recursos convectivos, ayudan a entender las más extraordinarias penurias que tienen a todos los bueyes tributarios del Oeste asfixiados, muertos, sin salida al estuario y sin diagnóstico otro que el de estos verdugos a cargo de planes maestros. Verdugos "hidráulicos"; que hasta se han dado el lujo de borrar la palabra "hidrología" de la miserable reglamentación del todopoderoso "codigo de aguas". Así de sin-ceros, así de ciegos. Pequeño balance Poco ayuda intentar dirigir aprecios al buey, sin antes haber lidiado con los etos y urgencias de los que los desprecian. Por eso la necesidad de mirar por necios, por verdugos, por catecismos y leyes bastardeadas, erradas, sin soportes o imperfectas. Por cierto, no hay más remedio que primero entender, que si el buey no marcha es inútil mirar por los piojos y placeres de los sueños mercaderes. Sin embargo, por esquivar complejidades escucho repetidas solicitudes de que haga estos relatos de manera que los entienda un niño. O que tengan el nivel de los comentarios que se ventilan en una barbería. Aún no he descendido a esas sencilleces. Cuando llegue el momento inspirado lo haré. Mientras tanto, aprecio aprovechar estos ánimos para expresar lo que siento fuera devolución expresiva de lo que me sugieren mis Musas. Mi primera devolución es a Ellas. Y también mi agradecimiento. Si me ha llevado 18 años llegar a estos puertos, comprendo que a profesionales amparados en cargos públicos y colegios académicos les despierte poca curiosidad ver qué alimentos o venenos alcanzamos a estos bueyes más allá de imaginar algún día modelarlos con ayuda del ojo mecánico de St Venant. Que la carreta de los equilibrios de las dinámicas de estos sistemas ecológicos en brazos interdeltarios y planicies intermareales extremas no se halla movido un milímetro en estos 6 años de funcionamiento del ACUMAR, ya prueba que las miradas no apuntan al buey, sino a la carreta que imaginan mover forrándola con oro de kilates newtonianos. Sigo generando bancos de imágenes cada vez más ricos. Ellos fueron los que despertaron mi vocación por estas materias. Espero a Vosotros suceda lo mismo. Francisco Javier de Amorrortu, 24 de Enero del 2015
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Imagen del final del brazo interdeltario e interfaz con la planicie intermareal Imagen de la planicie intermareal e interfaces de viejos urbanismos tapados, asfixiados, por atropellados nuevos urbanismos y todos ellos en suelos con cotas de arranque de obra permanente 2, 5 m por debajo de la máxima sudestada (5/6/1805). Y aún así, para generar estos rellenos se dieron de lleno a los más aberrantes crímenes hidrogeológicos (Art 200 CPN). Todos los tributarios urbanos del Oeste se descubren hoy soberanamente MUERTOS antes del llegar al cauce del Luján. Sus flujos ordinarios mínimos se muestran incapaces de dispersar miseria alguna. El ancho del cauce del Luján terminó angostado a la cuarta parte de la que sostenía hace 100 años. En este lapso las miserias urbanas se multiplicaron 100 veces. Eureka: todo este plan viene con respaldo mecánico de Isaac Newton. Todo "modelado" con soportes gravitacionales, donde solo reinan energías convectivas, de las que la DIPSyOH, ni la AdA, nunca escucharon hablar en sus Vidas. Homenaje al Fiscal Nissman Heredarás, heredarás tan solo aquello que hayas amado, decía Ezra Pound refiriendo de aquellos que partían. Al parecer, por la dimensión de la tristeza que alcanzó a todos los rincones de la Nación, el capital de Gracias amasado en sufrimiento que sin imaginarlo encontró este inolvidable Fiscal, será consuelo para sus Hijas, ejemplo de los que no abundan para la República y en especial, estímulo en vocaciones judiciales que tantas veces vemos naufragar. Te has ganado Querido Alberto Nisman. un lugar en nuestra memoria, que ya veremos cómo con perseverancia, trabajo y la mayor integridad agradecer. Un fuerte abrazo, Francisco Javier de Amorrortu, 19/1/2015
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