Index . a nutrir paisaje protegido mirando por:

Cap I

Ecología de ecosistemas e hidrología urbana . 20 preguntas

confesiones . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 .

Dinámica horizontal en humedales: esteros, bañados, meandros, cordones litorales . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 .

Cap II

Patrimonios en ámbitos rurales, confesiones .

17 . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 . 23 . 24 . 25 . 26 . 27 . 28 . 29 . 30 . 38 . 39 .

El paisaje construído en Al Maitén . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 .

Cap III

Paisajes culturales . 31 . 32 . 33 . 34 . 35 . 36 . 37 .

Cap IV

El timón 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 .

Cap V

Leyes particulares . introito . 0 . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 . 23 . 24 . 25 . 26 . 27 . 28 . 29 . 30 . 31 . 32 . 33 . 34 . 35 . 36 . 37 . 38 . 39 . 40 .

Cap VI

Paisajes interiores

Inmanencias . 1 . 2 . . La viga de cruce . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Joaquín Lera . . jubileo . . creación . . intangibles . . Carlos Lohlé . . Guillermo Roux . . César Pelli .

 

Patrimonios paisajísticos: en arte y memoria particulares

Confesiones, que aprecian bajar a la voz "abstracción" del globo de la Asesoría Gral de Gobierno.

De lo abstracto en general, sin soporte en lo particular

De una larga década de expresiones; que brotando de un hombre concreto tal vez alcancen a esta voz, otro asidero

 

¿Es dable descender al hombre concreto?

Amor al Huerto, 2004

Sólo mis manos cuentan, y mis ojos nombrando estas cosas

sostenidas en el resguardo de lo que vive en mi

Robert Duncan

 

A veces es bueno abrir la ventana y ventilar. Todo trabajo exhaustivo tiene que estar en condiciones de recibir aire fresco de la dirección que sea. Más aun si pretende proyectarse sobre “la vida del hombre concreto”.

Al fin y al cabo, ésto le pasa al hombre concreto todos los días.

Es bueno enterarse qué hay oculto detrás de cualquier hombre concreto.

No vaya a ser cosa que la inventiva de un proyecto se quiera llevar por delante la creación original que siempre se está urdiendo en el alma del hombre concreto.

Si él se olvida de su destino es porque está demasiado conectado con el mundo exterior.

Aquí tal vez logremos entender las conclusiones de los equipos de investigación de Umberto Ecco, buscando para él, en solitario, “una isla”, rodeado de Naturaleza.

Estas “anécdotas” del pequeño lugar para vivir también intentan enriquecer la mirada hacia el hombre concreto.

Establecido ese vínculo, la proyección urbanística, territorial y el aprecio a los patrimonios tendrán otro espíritu que por siempre les acompañará. Esa vinculación enriquece cualquier cosmovisión.

Las tantas vueltas en éstas, por momentos duras críticas, apuntan a suscitar mayor sinceridad interior, y de aquí mayor integridad.

Obviamente, la visión ambiental del mundo propone (y reclama) otro comportamiento social e individual, en especial en los países en vías de desarrollo.

Es necesaria la imaginación para compaginar nuestros esfuerzos e inventivas y superar el gran abismo entre nuestras necesidades y nuestros recursos.

Sin duda, no podría estar aquí reunido en diálogo virtual sin recibir el regalo de la imaginación.

El tema de las escalas me remite de nuevo al “oikos”. Si los hogares humanos se pueden dar el lujo de ser concebidos por terceros especialistas criteriosos, al costo de tener ausencia monumental de identidad; el “eco” infinito que luego con inventivas y líneas perfectas queremos abarcar, podría tener una ausencia monumental de esa afectividad elemental donde florece natural “con gracia” la bondad.

Quien tiene su “oikos” revestido de bondad, no importa si pobre, tiene toda la capacidad proyectual que necesita y le proveen sus sueños, para aplicar en este marco de su pequeño lugar en el mundo.

Si no me conecto con ellos, de nada me sirven los proyectos que me quieran regalar no naciendo desde adentro.

Si quieren ayudar, beneficien desde el Estado los parcelamientos generosos fuera de los atiborrados cascos urbanos. No se puede alcanzar a sentir el amor de los terruños en un departamento o en una casa “poolte”.

De estos intuitivos y sentidos temas el urbanismo ya se olvidó; o por conveniencias de mercado, ya no tiene acceso.

Si quieren ayudar a “la gente” no le hagan sentir siquiera esta palabra. Si quieren pensar en “los otros”, no piensen jamás en utilizar esa palabra. Son palabras que siempre se usan para sacarse “a la gente y a los otros”, por un rato, de encima. La famosa hora clave está construída en esta relajante bien gratuita académica dialéctica.

Repito, tampoco me consuela terminar como el Dante festejando “el amor que mueve al sol y las estrellas”. Necesito soñar caricias más cercanas.

Si Dante hubiera escrito su obra después de 25 años de haber perdido a su Beatrice, tal vez más descendido de su rapto hubiera festejado otros abrazos que no los del sol y las estrellas.

Todos los “ismos”, human-ismos o los que fueran, cargando estas precisas sufijaciones, referencian de extrapolaciones de “parecidos”, de “ideas”, que vienen escapando de meollosde “identidad”.

Al vivir proyectando resulta inevitable el riesgo de patinar hacia algún “-ismo”.

Las riendas de la contención pasan por el contacto asiduo con cosas pequeñas, personales, acariciables, y así cálidas y tiernas; que nos ajustan, en particular en los sufrimientos, una y otra vez todas las escalas que relacionan a particular, bien personal bondad.

Lo cual no implica imposibilitar el desarrollo de tarea extraordinaria.

Por el contrario, la afirma en calidad adicional profunda y más humana.Esto no es proyectual.

La inventiva puede serlo. La creación, no. Y sin creación o recreación no hay por qué preocuparse.

Pues todo seguirá igual. Y así, sin duda, más digerible para la razón será.

¿Qué va de creación a razón?

La primera asiste desde lo más invisible a cada conciencia; a suscitar y considerar nuestras necesidades. Por supuesto, es fuente de extraordinaria identidad.

Personal y más que personal.

La segunda es la que gusta de hacerse más visible, en lo que llamamos “nuestra” conciencia.

Por supuesto, gana la segunda.

Pero, ¿vale la pena proyectar sin el toque original de la creación abriendo caminos al poetizar?

¿Alcanza sólo con la inventiva para proyectar? Por supuesto, la razón se sobresalta menos con la inventiva que con la creación.

Ver lo obvio que se viene, ¿merece el nombre de “proyección”?. Sin duda. Pero no es suficiente.

La ante-proyección ¿contiene acaso, más materia obvia en conciencia que la proyección? Siento que no. Pero también siento, que los fenómenos eurísticos se desarrollan en cascada de amor que poco tiene que ver con la conciencia, siempre persiguiendo seguridades.

Quien haya cultivado el tránsito de estos fenómenos en su vida, reconoce que es como el tránsito de un vehículo en medio de la noche con sólo un par de escasos faros. Sólo la confianza que fructifica en integridad sigue su oculto sendero

¿A cuál le cabe mejor la palabra “creación”? ¿A cuál, la palabra “invención”?

Y la creación ¿es acaso posible sin al menos brevísimo “éxtasis”?

Y el “éxtasis” es acaso asegurador de algo que podamos asegurar?

¿O es tránsito por largos momentos particularmente aislado, privado, afectivo y dinámico en tanto es acariciado, en función de la misma integridad, con especial espontaneidad? Sin usar la cabeza. Sólo las tripas.

En algún momento lograremos aceptar esta dependencia misteriosa del amor con que obramos, para ser hospedados por el fenómeno eurístico de la creación.

Por cierto no asumiría ante terceros responsabilidades que dependieran de estos fenómenos.

Pero, ¿aceptaríamos amar a nuestros segundos desde esta particular levedad fenomenal, que ha sido desde que el hombre concreto se descubre profundo, la diaria subsistencia providencial de los que decimos queremos ayudar?

Este fenómeno se manifiesta y regala en escala micro familiar y amical. Allí donde el amor florece y tiene lugar especial.

Me parece que gracias a la extrapolación del “Otro”, con minúscula o con mayúscula, es que nos damos a proyectar, más allá de los fenómenos eurísticos que regala el amor entre criaturas concretas, con nombre y apellido familiar o amical.

Será que por no haber vivenciado fenómenos eurísticos manifestarse en gran escala, (ésto es, hablando de la gente, de los otros, de éstos o de aquellos), pongo en duda la creación pueda en grandes escalas florecer fenomenal, como merecerían florecer todos los esfuerzos humanos.

No es así con la invención. Esta deviene del pensar e idear. Y reconoce un tránsito asegurador que hasta invade la mística para afirmar “su palpable y prometedora entidad”.

Tomo como ejemplo a las pirámides de Egipto que me producen un horror fenomenal aunque hayan sido proyectadas por genios extraterrestres. Me resultan el monumento más grandioso a la falta de identidad. Aunque Egipto se sienta identificado a ellas. Siento que esos esfuerzos tan desatinados de algún extraordinario proyectista matemático, místico, brujo, faraón, o de la suma de saberes de todos ellos, se fagocitó el amor que nutre a todas las culturas y la sumió en alelamiento interminable.

¿Cómo harán en los próximos 3.000 años estos pobres egipcios para superar la proyección impresionante que tienen esos símbolos aun a escala planetaria?¡Cuánta pobreza adicional será necesaria para devolverlos al suelo! ¡Abrir la ventana de casa y ver una pirámide que conduce al vértigo por donde se la mire!

Sólo la inventiva extrapolando misterios racionalizados en mil saberes los pudo embriagar para proyectar su civilización de tal manera. ¿¡Habrán quedado satisfechos esos dioses? !Que por cierto, de arquetipos personales no tenían ni un pelo.

Un caso muy fresco de imaginario aun más fresco para macanear en estos temas con torpeza increíble lo regala el nuevo mamotreto seudo místico a dos cuadras de la catedral de La Plata. Dice su autor:

"Quiero transmitir la imagen de eternidad mediante un bloque compacto en altura; revestido en símil piedra y vidrio, porque denota persistencia y solidez; y cuya planta en cruz se forma por los volúmenes perpendiculares del edificio y la capilla".

Si mis textos e insistencias resultaran aburridos, este señor nos alivia con su improyectable mística.

¡Cuánto esfuerzo habrá hecho para superar las dificultades económicas del cura! ¡Pobre San José!

Por ésto recuerdo los correlatos del eidos primigenio: ayudan a bajar a tierra y acariciar nuestras raíces como los kobolds de cuento.

Antes de identificar a nuestros arquetipos bien personales, solemos aparecer solicitados a dar un paseíto por los altos Himalayas del espíritu.

Si hubiera vacuna para estos despistes, tras milenios finalmente correctores, en lugar de “elevar esfuerzos”, a lo mejor debiéramos decir “alcanzar esfuerzos”.

Nadie duda que muchos esfuerzos terminan en exasperaciones. Y es cuando escapan al uno a uno y persiguen contagiar al otro.

Por ésto es bueno recordar una vez más que “las responsabilidades son siempre individuales”.

Una vez instalados en este territorio de la responsabilidad individual, ¿alcanza la razón proyectual, manejando el pensamiento crítico, reflexivo, analítico, analógico y todo lo demás, para hacer perdurables y atesorables nuestras obras?

¿O es de apreciar algo más; que aunque no podamos asegurar, reconocemos cuando se nos regala?

¡Cuánta intimidad reconoce su hospedaje! ¡Y qué difícil confesar “a los demás”, otros que no estén al alcance de un abrazo fraternal!

Si no fuera por la perseverancia en esfuerzos y sustentando coherencia humana, descreería de los que se dan a proyectar y proyectar.

Simpatizo y me acerco con confianza a los hombres que sin tirar por la borda cultivadas virtudes, sostienen esa levedad que algunos hombres crecidos rescatan, de ser un poco como niños. Por cierto, no hablo de niños de pecho.

¿Acaso esos hombres se hacen demasiadas preguntas?

¿Necesitarían hacerlas si se mueven con afecto en un ámbito privado, de escalas mesuradas? ¿Lograría su obrar alguna apropiada trascendencia?

¿Necesitaríamos fijar límites a ese obrar? ¿O él mismo, en sus esfuerzos los encuentra?

Recuerdo hace pocas líneas atrás haber leído de “excesos conservacionistas”.

¿No sería el obrar así poético de estos “hombres niños”, los únicos que pudieran mediar “desarrollo” en un ámbito patrimonial, sin perjuicio del mismo?

La cercanía con estas vidas y su obrar ¿no alcanzaría oportunamente a trascender hasta descubrir su misma oculta inmanencia?

Si ello ocurriera, veríamos la savia de esa vida, bien más allá de su estancia en este mundo visible, fluir inagotable.

Viento y cimiento; mar y monte; trascendencia e inmanencia;

femenino y masculino;

caricia y estructura.

Y si acaso tus manos por momentos te bastaran, ¿señalaría ésto que ningún pensamiento fugaz habría de visitarnos?

¿Tenemos sospecha del tejido que acompaña en materia destinal, al azar de cada pensamiento fugaz que se regala en paralelo en cada hebra de nuestro afectivo obrar?

¿Acaso ese vigía del que hablaba pudiera ser nuestro amigo?

¿A qué dudar?

 

"Producir conservando y conservar produciendo".

...en el código de ordenamiento de uso del suelo afín a los criterios compatibles con la conservación del patrimonio, la aplicación real del plan de manejo...

No recuerdo haber leído nada de “patrimonio” ni de producir conservando ni de conservar produciendo en nuestra ley provincial de ordenamiento territorial y uso del suelo, salvo en su Preámbulo.

¡Y cómo me gustaría ver a alguien sensible trabajando en ello!

Entendiendo al turismo como derecho social y fruicción del espacio publico. Formación de una cultura turística en la comunidad.

Aprovechamiento de la oportunidad que ofrece el patrimonio para el desarrollo sustentable.

Para estos objetivos, se considera necesario la realización de un Congreso amplio en magnitud y alcance, atendiendo tanto la necesidad de encuentros entre expertos, cuanto a la participación de la población en general en sus debates y conclusiones, para realimentar el conocimiento mutuo y aumentar la capacidad real de conservar el patrimonio.

Su principal fortaleza es la concertación entre alcaldes y académicos, empresarios y ecologistas, curas y ciudadanos en general. Esa es precisamente la definición de desarrollo de la Unión Europea: "La capacidad de organizarse para el futuro".

En esta simplificación prescindiremos de motivaciones tales como "modas" inmobiliarias o "seudoestilos" arquitectónicos, dado que dichas necesidades no son genuinas, sino producto de discursos culturales dominantes, fácilmente manipulables desde los medios de comunicación.

Pondremos el mismo énfasis en evitar estos mismos errores muchas veces cometidos "en nombre de la buena arquitectura", elevando al profesional a un status de "especialista", por encima del resto laico.

...el buen arquitecto no es quien comprende bien las necesidades del usuario o del comitente; si no más bien aquel que propone algo que no se había contemplado como necesario, pero es de provecho; ya sea a través de la concreción de un espacio u objeto de uso o por la simple acción de prever su modificación - mutación en el tiempo, multiplicando así su utilidad, sea ésta funcional, simbólica o estética.

Mediar es su primer deber y proponer (que también es mediar entre lo que existe y lo que no) es su principal virtud.

"Producir solo objetos más o menos bellos -edificios, puentes o condominios cerrados- es no aceptar la responsabilidad social, es negar el continuo de la realidad, y obstaculizar los ciclos de la diversidad natural y cultural. Es desconocer -prepotentemente- la trama de la vida.

Solo desde hace un par de siglos, y en especial desde hace algunas décadas, los seres humanos -únicos en desatinos- caímos en este sin sentido que únicamente es funcional al mercado, que facilita comprar y vender.

Eso que nuestro querido Felipe, por quien siento simpatía, hace menos de un par de años, en un momento de desesperación llamó el “oxígeno” de nuestras soluciones.

La inercia que arrastran los “etos”, los “usos y costumbres”, me hace imposible utilizar jamás la palabra ética. No quisiera despegarme un milímetro del reconocimiento del lugar donde estamos. Ahí está mi trabajo. Mis tripas piensan y sienten por mí; y no puedo gastar más muelas sublimando.

Si releyéramos el preámbulo del decreto provincial 27/98 respecto de los barrios cerrados no sólo, (si no nos importara), nos moriríamos de risa de escuchar tan aforado desatino; sino que nos pondríamos al tanto en un instante, de los abismos que separan a Rúben Pesci de las cosas que se cocinan a pocos metros de su propia casa.

¿Por dónde empezar?

Por cierto, más me gustaría compartir un desayuno con Pesci.

Siguiendo este camino, consideramos un avance lo que en realidad es una regresión a la lucha antisocial.

La suma de partes no hace un sistema.

La suma de partes vuelve insostenible el ambiente.

Una buena ciudad, un buen paisaje, no es la suma de buenos edificios, cada uno hablándose a sí mismo, como ruido ensordecedor de lenguas diferentes e inconexas.

En realidad, así solo se violenta la identidad, la historia, el paisaje, el lenguaje compartido, para promover en su lugar el elitismo y el capricho de los poderosos y autistas..."Rubén Pesci

Miguel Angel (1475-1564), el maestro de la Capilla Sixtina, escultor de la célebre Piedad, el Moisés y el David, era un genio enfermo: sufría de autismo.

Llamativa, así como controvertida, la hipótesis fue desarrollada por los doctores Arshad, del Whiston Hospital de Prescott, y Fitzgerald, del Trinity College de Dublín. Estos científicos sostuvieron que el artista pudo ser víctima del síndrome de Asperger, una particular forma de autismo relacionada con la genialidad, que representaría, sobre todo, "un caso ejemplar de funcionalidad extrema del cerebro masculino".

El mismo síndrome habría afectado a Darwin, Sócrates, y Einstein.

Me gustaría, aun si me consideraran autista, sumar algo a tanto conjunto multicolor. La uniformidad de criterios me espanta.

Pero siento que decretos como éste que acabo de mencionar, no sólo no suman, sino restan; al tiempo que multiplican sus tremendos desatinos arrasando con cualquier criterio urbano, aun el más elemental. Ni hablemos de bondad.

Estoy convencido que si ese congreso apuntara a trabajos que pudieran alcanzar fuerza de ley, estaría copado por estos lobbistas. A las mismas leyes vigentes se ocupan expresamente de ignorarlas o esquivarlas.

Trabajando al parecer de muchos, como si fuera un autista y tan sólo con una montaña de papel de más de 15.000 folios y siete años de trabajo, logré provocarles algo de urticaria.

Continúo en ello. Pero no habré en esta nota de extenderme.

Sin duda, algún día nuestros municipios estarán relacionados con el mundo de tal forma que la desvergüenza pública y privada tendrá motivos para ser más discreta.Hoy es descarada.

Mi ambición, una vez más repito,no es concursar, sino intentar relacionarme con personas que pudieran compartir algunos pocos criterios elementales con natural espontaneidad. Y ver si de simpatía y reunión se puede rescatar algo que sea de interés comunitario: identificable, sustentable, creíble, viable y patrimoniable.

Este trabajo se conformaría si alcanza a parecer un ensayo de comunicación. No un ensayo de conocimiento. Pues nunca ensayo lo que hago. No soy reflexivo. No proyecto. sólo eyecto. Siempre trabajo en maquetas de escala 1 en 1; y ya está. Riesgo y confianza. 1 en 1.

Verificando hasta dónde alcanza mi confianza. Y así verificando hasta dónde persigo integridad.

Respecto de las obras que alcanzaron otra materia que no el papel, diré que son suficientes para probar que he trabajado como un burro y un colibrí.

Y que todas las de los últimos 20 años derrochan tremebundas cargas de identidad. Permaneciendo discretas, casi ocultas en un muy antiguo prado de verduras; cargado de identidades familiares que habitaron este lugar por un cuarto de “milenio”.

Y para el que también persigo calificación patrimonial que ponga límites a los ocasionales despilfarros de mis propios hijos, si fuera el caso que alguna moda, alguna noche les embriagara.

Me preocuparía ventilar esta nota si hubiera de provocar desaliento a los mejor dispuestos a hospedar creación.

Amor al huerto, 22/6/04